Esta es una materia que no figura en los libros de texto, y, sin embargo, debería figurar, porque algo que implica tanta imaginación y contenido lúdico, potencia sumamente la creatividad y muchas facultades anímicas que necesitamos para desenvolver nos en nuestra vida. Y, no obstante, nadie le da la importancia que realmente tiene, solo a aquel saber sistemático y constante, que no implica invención.

El pensamiento convergente siempre se ha magnificado en demasía, y no está mal que se le dé importancia al saber reglamentado y memorístico, porque tiene un sitio muy amplio entre técnicas intelectuales, pero en el pensamiento divergente se halla la base de la invención, de las novedades, del evolucionar del mundo hacia una vida mejor en los aspectos espirituales, intelectuales y materiales.

La creación literaria nos lleva a mundos distintos al que vivimos, y contribuye a salir de una rutina machacona, nos da nuevas esperanzas y caminos que nos elevan de una vida monótona. Si este objetivo lo cumple la lectura de obras literarias, mucho más lo ha de cumplir la redacción de las mismas.